Lo cierto es que en el amor es casi inevitable atravesar distintas etapas, por lo que pretender que todo continúe igual que en los primeros meses es un pensamiento irracional, que más vale que ajustes a la realidad cuanto antes para no frustrarte o desencantarte.

Entonces, ¿cuál es ese gran secreto que esconden las parejas estables para permanecer satisfechos a medida que avanza el calendario? ¿Cómo mantener el amor? La clave reside en el estilo atribucional que utilizan, es decir, aquello a lo que atribuyen el éxito de su relación.

Si crees que lo que tú hagas juega un papel fundamental en preservar tu amor (estilo atribucional interno: depende de mí), entonces harás muchas más cosas por cuidar tu relación, porque sientes que tienes control sobre tu vínculo. Por el contrario, si crees que tu felicidad en pareja está condicionada a las circunstancias (estilo atribucional externo: depende de algo ajeno a mí), te comportarás de manera más pasiva para afrontar los problemas que surgen entre vosotros, y consecuentemente os irá peor.

Por tanto, si quieres vivir una relación de pareja plena y satisfactoria, hazte responsables de ello y ponte a trabajar. Puedes empezar por fortalecer algunos de los factores que resultan más protectores en una relación:
1. Escapadas románticas.

Es imprescindible que busques un tiempo a compartir entre dos, donde podáis recordar por qué os eligisteis específicamente el uno al otro. No hace falta esperar a fechas clave como aniversarios o cumpleaños para concederse un espacio en común en el que volver a cuidar esos detalles.

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2. Comunicación.

No es sólo hablar cuando las cosas van mal, es buscar diez minutos diarios de conversación en pareja, libres de interrupciones. Esta pequeña dosis de diálogo sobre lo que pensáis o sentís puede ser muy enriquecedora.
3. Intimidad creativa

A través del incentivo de unas relaciones sexuales que se cuidan de manera activa (ejercicios de sensualidad y erotismo), renovando los gustos o intereses de cada uno, huyendo de la rutina, la rigidez y la previsión. Es útil estar abiertos a cambios, escuchar la postura del otro, partiendo de que es un área en continuo desarrollo y experimentación.
4. Tener un proyecto en común.

No importa cuál sea (cambio de casa, hijos, boda, escribir un libro juntos, hacer una asociación, aprender un deporte, etc.) ni en qué consista, lo importante es tener siempre algo que emprender en pareja, algo en lo que apoyarse y necesitarse mutuamente con entusiasmo.
5. Magnificar lo bueno y minimizar lo malo.

En todas las relaciones se discute o manifiesta desacuerdos: dos seres distintos que, aunque tengan valores en común, no dejan de tener sus propias percepciones y creencias acerca de las cosas. Ahí es donde comienza el gran reto de tolerar las diferencias en pareja, aceptar lo que no te gusta de tu compañero y que esos defectos no ocupen el puesto número 1 en el ranking de tus preocupaciones.

Algo que puede servir de gran ayuda es el ejercicio diario de reforzar todos aquellos aspectos positivos de tu pareja que sí admiras y valoras (logros, detalles, cualidades, etc.), a la vez que intentas ignorar lo que te molesta o desagrada.

Fuente: www.tupsicologia.com

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